La violencia familiar o doméstica se refiere a todas aquellas acciones de agresión cometidas por algún miembro de la familia en contra de otro y que tiene por resultado el daño ocasionado en la vida, el cuerpo, la integridad emocional, en la libertad o en el patrimonio del familiar.
La violencia implica el abuso del poder para someter a otra persona contra su voluntad.
Puede manifestarse de diferentes formas:
Física: Es la forma que comúnmente todos identificamos, ya que engloba todo el daño físico, golpes, patadas rasguños, puñetazos, etc.
Psicológica: Constituida por chantajes emocionales, sentimientos de culpa, amenazas, intimidaciones, etc.
Sexual: Manoseos, acoso, violaciones, etc.
Por Omisión: Probablemente esta es la forma menos reconocida. Se encuentra constituida por la falta de cuidados o el abandono total de algún miembro de la familia en situación de vulnerabilidad.
Lamentablemente la cotidianeidad de estos hechos hace que las personas encuentren formas de explicarlas y justificarlas, viendo como natural algo que no es.
Sin embargo se puede modificar una situación, cuando se toma conciencia de las graves consecuencias que éstos produce no sólo en la victima sino en toda la familia y las relaciones que sus miembros llegaran a tener, generalmente repitiendo los patrones de conducta aprendidos en casa.
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