En esta nota quiero despejar dudas, temores y mitos que existe alrededor de las terapias de parejas, con el propósito de evitar que pierdan su tiempo y se enfoquen en la solución del problema desde el primer encuentro.
En Terapia de Parejas se solucionan problemas sin tiempo que perder.
Si están considerando iniciar Terapia de Pareja es porque ambos buscan resolver conflictos y dejar de lado las sensaciones de angustia y coraje de la que parece no haber salida.
Es un momento de la vida donde las cosas “están difíciles” y las emociones son tan intensas que es difícil pensar con claridad.
La Terapia de Pareja es una herramienta para resolver problemas.
Generalmente las parejas invierten demasiado tiempo en discusiones y peleas que no llevan a ningún lado. Al contrario, hacen que las cosas empeoren. Los conflictos se agravan y la percepción de que “a esto no le queda mucho tiempo” se agudiza.Generalmente no es un proceso largo.
La prioridad es la identidad de la pareja y para defenderla es conveniente que la terapia no dure mucho tiempo. Tiene que ser breve y focalizada. El trabajo debe ser puntual y basado en acciones concretas.Una cantidad determinada de sesiones acordada por la pareja serán suficientes para movilizar lo que sea necesario. Generalmente las determinamos después de un primer encuentro de diagnóstico.
En Terapia de Parejas no existen preferencias.
Se trata de un proceso complejo donde yo, como terapeuta, me enfoco desde la objetividad profesional. No existen inclinaciones ni favoritismos de ningún tipo: ni por género, ni por carácter, o por cualquier tipo de creencia que tenga algún integrante de la pareja.La Terapia de Pareja es un proceso complejo que involucra un profundo compromiso de mi parte que realizaré con ambos integrantes de igual forma.
No hay “banquillo de los acusados”
Suele suceder que un miembro de la pareja tenga sus reservas por miedo “a un juicio moral”. La Terapia de Pareja no es una corte donde el terapeuta decide quién es el bueno y el malo.No hay “buenos” ni “malos”, sin importar lo que haya sucedido: Adicciones, infidelidades, violencia, mentiras, etc. La realidad del espacio terapéutico está focalizada en la pareja, sin juicios de valores personales inconducentes.
En una Terapia de Parejas no hay “uno enfermo y uno sano”.
La pareja es un binomio. Una entidad que funciona como un sistema, y en terapia vamos a trabajar en detectar y analizan las dinámicas conscientes e inconscientes del conflicto de ese binomio; incluso cuando (en apariencia) uno de los integrantes presente síntomas tangibles.No existen “fórmulas mágicas” de salvación.
La terapia de pareja no funciona como un centro de salvación de relaciones. Es un espacio íntimo donde intervengo como profesional para desarrollar un proceso terapéutico donde vamos a detectar, analizar y razonar “causas y efectos”.Vamos a resolver lo que trae el desencuentro, interpretar el por qué de determinados sufrimientos, trabajar usando comunicaciones claras y eficientes, y de ser necesario, aprender a sobrellevar en equipo aquellos traumas que no tengan solución.
Y las consecuencias de este proceso puede ser una nueva oportunidad para seguir recorriendo caminos juntos, la oportunidad de despedirse de una manera saludable; o lo que ustedes consideren mejor para el pleno desarrollo personal de ambos; o del equipo. Vamos a trabajar y evaluar de manera racional para que ustedes decidan de manera inteligente y madura.
No es una clase o un curso donde se enseña a vivir en pareja.
Mi Terapia de Parejas está muy lejos de ser un aula donde van a aprender a tener una buena relación en pareja.Al contrario: Como terapeuta tengo que ser capaz (desde mi silla) de estar presente al momento de movilizar aquello que genera bloqueos, y retirarme a tiempo cuando se facilita la identidad de ambos para no generar interferencias.
Cada pareja es un mundo y ninguna terapia es la misma.
No existe una estrategia general ni una receta universal. Cada pareja es un mundo y no es lo mismo un conflicto por dificultades en la comunicación, que uno por problemas en la sexualidad, infidelidades, problemas económicos, crisis de ansiedad o el dolor después de la pérdida de un familiar.Tampoco es lo mismo una pareja con dos años de convivencia que una con veinte, una pareja con hijos que una sin hijos, una pareja de sexos opuestos que una del mismo género. Son muchísimos los factores que convierten cada pareja en “un binomio único” y la terapia se enfoca en las particularidades que los caracteriza como equipo.
Puede complementarse con terapias individuales
A veces sucede que alguno de los miembros desea seguir trabajando detalles que interfieren en el proceso de la pareja. En esos casos existe la opción de la terapia individual.A veces, esos casos se combinan con sesiones de pareja, cada vez menos frecuentes conforme avanza la terapia, incluso (en raras ocasiones) se puede considerar la participación de un terapeuta adicional que apoye el proceso.
Pasar a la acción.
El objetivo es utilizar el tiempo para superar las crisis y resolver problemas. Encaren la terapia de esa forma de manera activa desde el inicio.Si deciden hacer Terapia de Pareja, háganla voluntariamente, no obligados, y encaren este proceso como una decisión para solucionar conflictos donde van a participar de manera comprometida, porque los resultados son beneficiosos en lo inmediato.
Sean muy honestos con sus sentimientos actuales respecto a su pareja, para trabajar con información clara y precisa.
Aprovechen ese tiempo de intimidad para ser muy sinceros con las expectativas que tienen de la terapia.
Utiliza la presencia del terapeuta para dejar claro qué cosas quieres cambiar, qué cosas consideran que están mal, siendo muy preciso. Medita y reflexiona lo que vas a comunicar, porque sobre esa información trabajaremos.
Puedes hacer todas las críticas que quieras, pero siempre de forma constructiva. No critiques al otro. Eso no sirve. Critica “a la pareja” ofreciendo tu punto de vista de hacia dónde deberían ir.
Nunca faltes el respeto. Ni a tu pareja ni al terapeuta. En Terapia de Pareja se viven momentos muy intensos que vamos a usar de manera beneficiosa para la pareja.
Evita intercambios de palabras agresivos, ironías fuera de lugar y comentarios despectivos o insultantes. Lo único que lograras es desperdiciar la sesión.
Sean pacientes. La falta de paciencia es el factor común en todos los problemas de comunicaciones.
Tengan una actitud conciliadora. Demuestren que son capaces de resolver problemas complejos, y no ser dos enemigos buscando venganza.
Esto no significa que deban callar o reprimirse: con indicarme el sentimiento exacto del momento sabré entender, actuar y mediar, con el beneficio de capturar la información exacta y necesaria en el momento oportuno.
Y por último, en Terapia de Parejas no se “administran culpas”. Ni hacia el otro, ni (especialmente) hacia uno mismo. Vamos a dejar “la culpa” de lado para trabajar en serio y resolver problemas.
Un reloj que funciona mal no se arregla echándole la culpa a un engranaje particular. Ese engranaje es una pequeña parte de un sistema más grande, complejo e importante, que debemos ajustar y corregir.
Puedes hacer todas las críticas que quieras, pero siempre de forma constructiva. No critiques al otro. Eso no sirve. Critica “a la pareja” ofreciendo tu punto de vista de hacia dónde deberían ir.
Nunca faltes el respeto. Ni a tu pareja ni al terapeuta. En Terapia de Pareja se viven momentos muy intensos que vamos a usar de manera beneficiosa para la pareja.
Evita intercambios de palabras agresivos, ironías fuera de lugar y comentarios despectivos o insultantes. Lo único que lograras es desperdiciar la sesión.
Sean pacientes. La falta de paciencia es el factor común en todos los problemas de comunicaciones.
Tengan una actitud conciliadora. Demuestren que son capaces de resolver problemas complejos, y no ser dos enemigos buscando venganza.
Esto no significa que deban callar o reprimirse: con indicarme el sentimiento exacto del momento sabré entender, actuar y mediar, con el beneficio de capturar la información exacta y necesaria en el momento oportuno.
Y por último, en Terapia de Parejas no se “administran culpas”. Ni hacia el otro, ni (especialmente) hacia uno mismo. Vamos a dejar “la culpa” de lado para trabajar en serio y resolver problemas.
Un reloj que funciona mal no se arregla echándole la culpa a un engranaje particular. Ese engranaje es una pequeña parte de un sistema más grande, complejo e importante, que debemos ajustar y corregir.
A fin de cuentas, la vida pasa y el tiempo apremia.
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