La ansiedad no puede eliminarse, y hay que saber que su pidiéramos hacerlo, no sería nada bueno pues nos dejaría sin una defensa frente a potenciales peligros.
Lo que sí podemos hacer es aprender a controlarla cuando es muy elevada y exagerada.
La ansiedad deja de ser normal y sana cuando se transforma en una emoción intensa, exagerada o desproporcionada respecto de los peligros reales que existen.
Así, por ejemplo, si estando en el cine vemos fuego y olemos humo, muy probablemente reaccionemos con ansiedad y esto es perfectamente normal.
En tal caso, la ansiedad nos movilizaría a escapar de una situación potencialmente peligrosa.
Ahora bien, si estando en el cine nos vemos invadidos de una ansiedad intensa porque pensamos que estamos rodeados de mucha gente y nos puede resultar embarazoso salir de la sala, entonces nuestra ansiedad es patológica.
En conclusión, la ansiedad es una emoción normal que puede transformarse en patológica si es intensa o desproporcionada respecto de los peligros objetivos que la disparan. En esos casos hablamos de Trastornos o Desórdenes de Ansiedad.
La característica es siempre la misma: una reacción de ansiedad elevada, que se diferencia en cada caso en la forma en que cada persona la manifiesta.
La terapia cognitiva-conductual ofrece nuevas técnicas de tratar los trastornos de ansiedad, con terapias breves y muy focalizadas, basadas en acciones concretas y un plan de trabajo elaborado a medida de cada paciente.
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